La concejala de Cultura y Turismo de Nápoles describió su ciudad muy justo con estas palabras: ›Nápoles es una ciudad difícil de leer, que no se ofrece a los turistas a través de los códigos convencionales. Sin embargo, sus pequeñas y grandes maravillas y la hospitalidad de sus habitantes no dejan de fascinar a los visitantes.‹
Los medios de comunicación convencionales suelen asociar la tercera ciudad
más grande de Italia principalmente con la mafia, la basura y el elevado desempleo.
Una pequeña selección de lo que los visitantes curiosos pueden descubrir en Nápoles:
El centro histórico, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1995,
con su encanto mórbido y sus calles estrechas.
La Piazza Bellini, por la tarde una plaza agradablemente tranquila y alejada del
bullicio de la Via dei Tribunali, por la noche un popular lugar de encuentro
para los jóvenes napolitanos.
Uno de los museos arqueológicos más importantes del mundo.
Pequeños bares con estilo en la zona de la vida nocturna en el barrio de Chiaia.
La vista panorámica de Nápoles, la bahía y el Vesubio desde el Castel Sant'Elmo.
Los alrededores de Nápoles con fascinantes paisajes culturales como la Costa Amalfitana.
Medio millar de iglesias, de las cuales algunas han sido secularizadas
y ahora se utilizan como bibliotecas
Nápoles respira historia en casi todos sus rincones, empezando por el asentamiento griego de hace casi tres mil años que dio nombre a la ciudad y cuyos testimonios en piedra aún se pueden encontrar en algunos barrios, incluido el vasto mundo subterráneo de catacumbas y acueductos.
El dicho ›Ver Nápoles y morir‹ puede sonar un poco exagerado, pero sin duda Nápoles merece un viaje.